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¿Cómo enseñar a un niño con discapacidad a ir al baño en forma independiente?

Escrito el 29 de Enero de 2019 en Consejos de cuidados básicos de Rehabilitación.

La actividad de ir al baño es un tema muy sensible, por la invasión a la intimidad que significa, sobre todo en adolescentes, al tener que depender de otros, pese a que la intención del cuidador solo sea colaborar y ayudar. Por lo tanto es muy importante que el cuidador entrene al niño desde pequeño a ir al baño, y adaptar la actividad para que sea lo más sencilla posible.

La independencia en esta actividad le ayudará al niño poder asistir a un centro educacional o participar en actividades de juego.

  1. Averigüe si controla esfínteres o no, y si presenta algún sistema artificial de eliminación de orina o deposiciones.
  2. Observe si realiza la actividad en forma independiente o lo ayuda otra persona.
  3. Observe y anote qué es lo que realiza, y cuáles son los movimientos y tareas que más le dificultan y ¿por qué?

Por ejemplo: No logra bajarse los pantalones, porque el sistema de cierre es con botones.

  1. En el caso que el niño aún no avise, le puede enseñar siguiendo una rutina estructurada:

-Lleve al niño cada cierto tiempo al baño, siéntelo en la taza e ínstelo a que haga.

-Pregúntele cada cierto tiempo si quiere ir al baño y cada vez que el niño responda que si, refuércelo positivamente, de tal forma que se de cuenta que su acción fue correcta.

  1. Analice si el baño cuenta con adaptaciones o no, y busque las alternativas para facilitar la tarea.

Ejemplo de adaptaciones:

WC: El baño debe presentar una altura tal que permita al niño lograr sentarse en forma cómoda y fácil, para esto debe ser más bajo que para un adulto. Puede colocar adaptaciones accesorias como:

  • Barras laterales puestas en forma horizontal a ambos lados de la taza, para apoyarse y hacer la transferencia de la silla a la taza. En lo posible que sean removibles para facilitar aun más la tarea.
  • Se puede utilizar un cojín para aumentar la altura de la taza y dar mayor estabilidad al sentarse.
  • El papel higiénico debe estar a mano, en caso que el niño no logre sacarlo desde el rollo de papel, se pueden colocar toallas de papel en caja o bien trozos de papel en una cajita para que pueda sacarlas con mayor facilidad.
  1. Evalúe si el niño conoce las distintas partes del cuerpo y cómo realiza la rutina de baño, sus implementos y funciones. Si es necesario debe realizar un entrenamiento para que conozca las partes del cuerpo, para ello puede recurrir a las siguientes actividades:
  • Con un modelo de cuerpo humano, ojalá en tamaño grande, articulado y lo menos caricaturizado posible, enseñe las partes frente a un espejo, comparando con las propias.
  • Posteriormente enseñe los implementos y sus funciones, puede utilizar ilustraciones de revistas y objetos reales y hacer la mímica de para que sirve y cómo se emplea.
  • Enseñe al niño el orden, primero en una situación ficticia y después en situación real.
  1. Divida la tarea completa en etapas.

¿Qué deberá aprender primero?

  • ¿Conoce las partes del cuerpo humano?
  • ¿Conoce los implementos? (Nombre y función)
  • ¿En qué orden se realiza la rutina?
  • ¿Cómo realizar la transferencia de la silla a la taza del baño?
  • ¿Cómo sacar papel higiénico?
  • 
¿Cómo limpiarse?
  • 
¿Cómo colocarse la ropa nuevamente?
  1. En el caso que el compromiso motor sea mayor y utilice pañales, debe intentar enseñar al niño a mudarse a sí mismo.
  2. Puede emplear un espejo para que el niño vaya siguiendo y observando cómo realiza la actividad.
  3. En cada actividad debe permitir participación al niño, independiente de que él pueda o no realizarla.

Por ejemplo: Si no se puede transferir de la silla, permita que él se baje los pantalones y la ropa interior. Es importante darle autonomía sobre la actividad, permitiéndole decidir en lo que se pueda, y preguntándole sobre la actividad que realiza.

11. Durante toda la actividad debe contarle qué es lo que se está haciendo.

Por ejemplo: ¡ahora vamos a pasarnos de la silla a la taza!

  1. Acompañe de frases y gestos de refuerzo.

Por ejemplo: ¡muy bien, lo estás haciendo súper bien!
En caso de que una conducta sea inadecuada, con tono firme comunique la conducta mal hecha, sin gritar ni recriminar o enjuiciar al niño. Siempre debe pedir permiso al niño por tocar su cuerpo para otorgarle mayor autonomía, y para que se dé cuenta de que su cuerpo es distinto al de otra persona.

  1. Cada etapa que le enseñe al niño debe ser destacada, sin combinarla con otras, de tal forma que se concentre en una sola tarea y la aprenda correctamente, para después pasar a la siguiente etapa. Una vez aprendida esta, podrá enseñar el siguiente paso.

 

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